Qué bonito sonaba aquello cuando te preguntaban ¿qué vas a estudiar? tú, toda orgullosa, contestabas: estudiaré magisterio, me prepararé las oposiciones y a vivir, asunto resuelto. Después de 15 años me río de esas palabras y al mismo tiempo me desespero. Parece que fue ayer cuando comencé a estudiar los primeros exámenes que poco a poco me llevaron a terminar la carrera sin ninguna dificultad.
¡Esto está chupao!
El primer año de estudio de oposición era un zombi, 10 horas de estudio, no salía, apenas comía, dejé a todos a un lado y, mira por donde, todo ese esfuerzo no fue recompensado. Pasaron los años y entre ellos trabajos de seudomaestro mal vistos y mal remunerados, eso sí, sin dejar de estudiar en ningún momento.
Muchas circunstancias me llamaron a dejar de opositar, pero siempre tengo a ese demonio y a ese angelito sobre mis hombros que me dicen que algún día llegará.
Convocatoria tras convocatoria todo sigue igual, gracias a Dios abrí los ojos, y no dejé apartada mi vida personal, sino hoy día no tendría una familia estupenda que me apoya y ayuda en mi cruzada.
Al cabo de años, sonó el teléfono y esa voz tan ansiada que todos esperamos, me llevó a trabajar en lo que más me gusta, conviviendo con los niños, los más pequeños, viendo la vida a través de sus ojos, con tanta inocencia y alegría que se contagia día tras día.
Hoy, tras diez años de intentos, todavía soy maestra interina. Tengo un hijo, un marido, una casa, un trabajo estable "entre comillas", compañeros y compañeras que me apoyan y alumnos con tantas ganas de vivir y aprender como yo de aprobar de una vez por todas.
No desespero, aunque si espero con impaciencia ese día gran día.
Un consejo os doy: no dejéis para mañana lo que podáis hacer hoy, sino siempre estaréis esperando el mañana sin disfrutar el presente. No desistáis en vuestros intentos por alcanzar lo que deseáis y siempre con una sonrisa, porque siempre es mejor reír que llorar.
SI, YO SOY MAESTRA DE INFANTIL.