Porque las ideas hay que exponerlas

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miércoles, 9 de febrero de 2011

"DE LA NOBLEZA, LA PUREZA Y OTROS DEFECTOS HUMANOS". MAESTRO SANTIAGO


Cuando el pasado mes de Noviembre nos enteramos que la UNESCO había declarado al flamenco patrimonio inmaterial de la humanidad no se descubría nada nuevo, solo estábamos ante la confirmación de algo que ya sabíamos: el flamenco es un patrimonio, un patrimonio de la humanidad.El CANTE ya era UNIVERSAL cuando cantaba el Mellizo por solea en Cádiz, cuando lo hacía Pastora en la Alameda o cuando se dolía Manuel Torre por seguiriya en cualquier cuartito de Jerez.


De la misma manera tampoco se ha descubierto nada con el otorgamiento por parte de la Junta de Andalucía de la medalla al mérito en el trabajo a Don Fernando Guerrero Andrade, “Fernando del Central”. Ya sabíamos que Fernando era un “currante”, la medalla sólo ha hecho confirmarlo.La lástima es que esta medalla sólo reconoce un aspecto de este hombre: su constancia y su buen hacer profesional pero, ¿qué pasa con los otros aspectos? No habría metal suficiente en las minas para hacer medallas para Fernando.

Con la declaración de patrimonio de la humanidad del flamenco hemos conseguido que se le dé más difusión, ahora podemos disfrutar en nuestra queridísima televisión pública andaluza de un programa de “flamenco”. Es el espacio televisivo perfecto para que los jóvenes aprendan lo que NO es el flamenco. Pero si la televisión nos enseña lo que NO es el flamenco, ¿Quién nos enseña lo que sí es? En el caso de la Puebla, nos lo enseña gente como Fernando.

Fernando tiene más gigabytes de información flamenca en la cabeza que la que podría almacenar el ordenador más potente de la NASA. Además, canta. Y canta “pa reventá”. Y no solo información flamenca, sino popular. Escuchar sus anécdotas y sus vivencias es como ver un documental sobre la historia de Andalucía de Canal Sur pero sin aburrirte. Pasas en cuestión de cinco minutos de morirte de la risa con la imitación de algún personaje local, a estremecerte con un cante por tientos que hace crujir las vigas del techo. ¡Qué bárbaro!

Así, nos encontramos que “El Central” no solo es un lugar para comer, tomar copas con los amigos, ver el fútbol o salirse a la puerta a echar el cigarrito, sino que es una academia, una academia flamenca a la que todo buen aficionado debería peregrinar al menos una vez en su vida.(Todos no tiene la suerte de hacerlo una vez a la semana, pero habría que intentarlo) El director de esta academia siempre está dispuesto a solucionar cualquier duda, te enseña, te explica, te cuenta y además, te canta. Te canta para que distingas la toná ,de la debla, mientras te echa el café con leche de lata (no de bote, que no hay), te hace unos cuantos de cantes por soleá “esto es Alcalá, esto es Cai y este cante es de la Serneta” mientras coge un par de botellines fríos, “uno pa ti y otro pa mi”. Eso sí que es difundir el flamenco y crear afición entre los jóvenes (y los no tan jóvenes). Ha hecho y está haciendo más por el flamenco que muchas de nuestras instituciones públicas.

Estas palabras solo quieren servir de agradecimiento, un profundo agradecimiento a uno de los últimos románticos que van quedando. Los jóvenes aficionados de la Puebla estaremos siempre en deuda con Fernando Guerrero Andrade, Fernando del Central.

Fernando, GRACIAS.

http://www.abcdesevilla.es/20110209/opinion-columnas/sevi-medalla-mito-201102082107.html

lunes, 7 de febrero de 2011

DIEZ MINUTOS DE FELICIDAD (MAESTRA RODA)


Un artículo escrito por una AMIGA, con la que viví uno de los momentos más duros de la vida, la marcha de una madre.

El otro día estaba en el cuarto con mis hermanas, cada una en su cama, y de pronto escuché su voz. Me acerqué a la puerta y allí estaba ella. Le di un abrazo enorme. “¡Por fin estás en casa!” le dije…y ella me sonrió. La volví a abrazar muy fuerte y mis hermanas hicieron lo mismo.


Pero de repente nos quedamos ella y yo solas. No podía dejar de abrazarla, de tocarla, de olerla…estaba guapísima, como siempre. Recuerdo incluso cómo iba vestida. Y me dijo algo que me dejó realmente impactada y que me hizo tremendamente feliz: “Te echo de menos tanto como tú a mi”…y en ese momento mi sueño se acabó. Me desperté llorando. Volví a cerrar rápido los ojos porque quería seguir soñando con ella, como si no hubiera pasado nada, como si esa maldita enfermedad no hubiera existido nunca. Pero no lo conseguí.


No sabría explicar lo que sentí, fue tan real…fueron diez minutos con mi Madre. Los diez minutos más cortos pero más maravillosos de mis últimos tres años. ¡Fui tan feliz…!
Pero Ella tuvo que volver rápido al Cielo, donde reza y vela por nosotros cada día y cada noche….donde solamente están los ángeles. Y Ella lo es. Es mi Ángel de la Guarda.


Gracias por ese regalo, tu mejor que nadie sabes la falta que me hacía. Gracias por tu ejemplo, por tu sacrificio, por tu lucha, por tu Fe incansable, por tu Amor, por tu entrega, por tu generosidad y gracias también por ser mi Madre. Ojalá algún día pueda parecerme a ti.
Sólo te pido un favor: cuídanos tan bien como hasta ahora,
Te quiero.


GRACIAS POR ESTE ARTÍCULO.